jueves, 28 de agosto de 2008

Lanzamientos 2008: SILVINA GARRÉ

CANCIONES SIN TIEMPO
Bien podría haberse titulado Canciones indestructibles. Propios o ajenos, estos grandes éxitos tienen la virtud de haber sido regrabados con acompañamiento de cuerdas. Y, aunque valga la pena el intento, se hace muy difícil de antemano darle alguna vuelta de tuerca ingeniosa a los excelentes arreglos de Fito Páez, Litto Nebbia o Lito Vitale para las versiones originales. Las cuerdas suenan demasiado tímidas y la base opacada (tan sólo como ejemplo se extraña la conjunción bajo-bombo de reina sin pueblo). Entre estas versiones algo edulcoradas, aggiornadas a los tiempos que corren, se destacan los certeros arreglos del piano y la frescura de una voz por siempre adolescente que dan cuerpo al clima minimalista de un disco muy homogéneo. Los coros yuxtapuestos en quien quiera oir que oiga abren el juego del disco, un acierto que se reproduce en los toques étnicos de reina sin pueblo o el final típico de Lalo de los Santos para canción del pinar. Palmas azules para mí cuenta con una participación impecable de Lito Vitale en el piano. En cuanto a la parte técnica, la grabación tampoco ayuda para diferenciar los distintos planos y matices. Sin embargo, a este repertorio nada puede empañarlo.

EDICIÓN
Acqua Records 2008

MÚSICOS
Silvina Garré: voz

Patricio Murphy: bajo, guitarras acústica y eléctrica
Marcelo Pilotto: piano y teclado
Diego Clemente: guitarras española y acústica de 12 cuerdas, voz
Jonatan Szer: percusión
Invitados: Lito Vitale

CANCIONES
quien quiera oir que oiga (Nebbia-Mignogna)
en blanco y negro Buenos Aires
casi una zamba
reina sin pueblo
palmas azules para mí
canción del pinar (J Fandermole)
diablo y alcohol
tréboles de cuatro hojas
reinas de pueblo grande
otros pájaros
se fuerza la máquina (Gato Pérez)
para hablar de mi amor


Canción del pinar
Quiero dejar todas las palomas
en el cedro de tu alma
y todo el beso en tus pies
que dejes de mirarme burlón,
sé que te estoy dando poco
y mucho te pediré.
Se la nube sola en mi pradera,

seré tu querido verde
y serás sombra en mi mitad
y si ves que mi verde se quema
llueve tu llorosa pena
y el verde nuevo se hará.
Y que no te vayas un febrero

detrás de aquella bandada
-azabache hacia el pinar-;
quiero ser también
dueña del cielo y un pinar
pero es preciso que me enseñes a volar.
Hazte sol cercano en la distancia,

hazte en el recuerdo un leño
y quémate en mi interior,
no quiero tener más noches frías
ni poder tan sólo en sueños
despertarme junto a vos.
Que tengamos alrededor nuestro

quien berree nuestros nombres
y mucha sombra por dar
y cuando lleguemos a la tierra
únete conmigo en savia
y así haremos sombra igual.
Y que no te vayas un febrero
...
Otras versiones
quiera oir que oiga (Baglietto-Garré; Litto Nebbia)
canción del pinar (Jorge Fandermole; Lito Vitale)

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