viernes, 26 de septiembre de 2008

Perfiles: EDUARDO MATEO

UN CANTAUTOR IMPREVISIBLE
Extraido del extraordinario libro RAZONES LOCAS,
EL PASO DE EDUARDO MATEO POR LA MÚSICA URUGUAYA
DE GUILHERME DE ALENCAR PINTO
[© 2002 Zero Ediciones, Buenos Aires, Argentina,
3a. edición actualizada]

EDUARDO MATEO
“NO ME SIENTO REALIZADO COMO GUITARRISTA PORQUE YO NO ESTOY REALIZADO COMO SER HUMANO [...] ENTONCES LA MÚSICA QUE TOCO SIGNIFICA MIS PROBLEMAS. HAY ESPACIOS, CUANDO ESTOY TOCANDO, EN LOS CUALES NO SOY YO”. [página 173]

CHECHÉ SANTOS

“El candombe beat fue una creación pura y exclusivamente de Mateo. Que nadie se ponga los galones porque eso es de Mateo. Lógicamente con El Kinto, que lo integraba Rada y esos tipos. Pero el precursor de todo eso fue Mateo. Un avanzado. ¡Claro!, sacó las raíces del candombe y las modernizó. Eso aprendió en Brasil: del samba sacaron el bossa. [...] Eso fue una idea muy visionaria. Él fue el creador”. [página 163]

OSVALDO FATTORUSO
“Tuve la suerte de ver nacer la música uruguaya; antes de eso no existía y si la había no la conocía o no me gustaba. Participar de ese génesis tan de cerca te marca y te deja mucho dentro. Sacando a Mateo y a Rada no hubo ni va a haber algo tan uruguayo”. [página 156]

RUBÉN RADA
“Nos veíamos o todos los días o día por medio, o sea que yo calculo que con Mateo habremos compuesto más de quinientos temas. Temas que componíamos y no les dábamos pelota, papeles que tirábamos por todos lados. [...] Mateo era un tipo fenómeno. Un tipo que vivía para la guitarra y para tocar y para componer. [...] No teníamos un mango, estábamos cagados de hambre pero fue la mejor época de mi vida. [...] Aparte –yo no sé– pero la madre de él era nacida medio negra, ¿me entendés?... Y el loco tocaba candombe como el mejor. Como nunca vi un guitarrista en mi vida tocar candombe. [...] Nosotros empezamos a componer candombe con otra temática, con guitarra, con los sonidos, con los acordes y la onda de los Beatles, así que toda la corriente que nosotros creamos en Uruguay fue lo mismo que pasó en todo el mundo. [...] Pero tratábamos de conservar lo nuestro”. [páginas 75, 76, 79 y 83]

URBANO MORAES
“Mateo cuando estaba junto con Rada era un disparate. Esos dos tipos juntos hacían temas caminando por la calle, en un boliche, en cualquier lado. [...] De ahí como que fue saliendo El Kinto. [...] Yo estaba tocando el bajo y de repente me equivoqué en una nota, pisé al lado, simplemente, ¡y el loco que rajó una puteada adelante de todo el mundo! que pasé tanta vergüenza, loco, tanta vergüenza que me descolgué el bajo, me lo saqué, desenchufé el cable, lo agarré y me fui. [...] ‘No puede ser que sea tan malo, tan destructivo’....Entonces fueron todos pa’dentro del estudio a ver qué pasaba [...] y yo me quedé jodiendo con el piano. Yo me quedé solo y me trabajé un ‘negro sentimental’, así, blusero. [...] Y no sé cómo Mateo, desde adentro de la cabina, el loco sabía lo que yo estaba haciendo. [...] Y después, en la Musicación –que habían pasado varios días–, apareció un bache. Faltó un tipo que estaba en un boliche [...] y a Mateo se le ocurrió: ’Loco, hacé aquel tema que hiciste en el estudio’, y me tiró pa’l medio del escenario. [...] ‘¿Pero vos’tás loco... de qué me estás hablando, anormal?” [...] El teatro todo negro, lleno de gente esperando que yo hiciera algo [...] y la gente se murió. Me di toda la vuelta por detrás del escenario, me encontré con Mateo, dimo’un abrazo y no sé qué... y me asomo y seguían aplaudiendo.Y bueno, un día pasó una cosa que bailó todo el mundo con El Kinto [...] fue en el Olimpia. [...] Y Mateo hizo como que me llamaba por teléfono a mí, ¿no? Yo del otro lado lo atendí y empezamo’a hablar por teléfono y toda la noche el tema fue una conversación telefónica entre Mateo y yo”. [páginas 85, 89, 90, 92, 137, 138, 151 y 152]

LUIS TROCHÓN
“Recuerdo haberlo visto unas cuantas veces en Musicación. Me llamaba mucho la atención esa actitud un poco desafiante que él tenía ¿no? [...] Incluso miraba a la cámara y ponía caras. [...] Terminaba los temas como se le ocurría. Nunca tenía un gran final. Me acuerdo que esto destartalaba un poco el programa. El tipo terminaba y no se sabía si había terminado, no sabían si darle al conductor o qué”. [página 212]

HUGO FATTORUSO
“Yo ya estaba viviendo en Buenos Aires por esto de Los Shakers y vine aquí –Montevideo– un fin de semana en que no había trabajo. [...] Entonces’tábamos viendo El show del mediodía y de repente dice: Ahora.... ¡El Kinto!, y sale El Kinto a bajar adelante de mis ojos y a mis oídos y a mi mente. Así de golpe. Y yo no entendía más nada. Me fulminó. Y tenía la motito acá y me subí a la moto y fui directamente al canal a verlos. Y bueno, entonces de ahí ellos se iban a ensayar al galpón que quedaba en Mercedes o en Colonia y Juan Carlos Roxlo, por ahí. Y ahí fue donde empecé a sacar fotos”. [página 101]

JAIME ROOS
“Mateo, aparte, tenía la reputación de estar siempre fumado, cuando todo el mundo hablaba de fumo y nadie sabía cómo era [...] y se hizo famoso por los célebres ‘divagues’, que en tanta gente quedaban mal pero que en Mateo quedaban, como siempre, como una cuenta más al collar de la leyenda. [...] Él siempre estaba vestido de una forma o decía cosas o hacía cosas que eran siempre magníficas. Llegó el momento en que separó El Kinto. Corría cualquier tipo de rumores en aquella época. Por ejemplo, que cuando se separaron se mearon entre ellos. Otra era que en las últimas épocas de El Kinto afinaban todos sus instrumentos y Mateo antes de subir al escenario desafinaba su guitarra para que el grupo sonara realmente mal”.El proyecto más serio en el cual yo participé junto a Mateo fue La máquina del tiempo en el Anglo, en donde, bueno, guardo la sensación más profunda que yo recuerde sobre un escenario”. [páginas 156 y 321]

ROBERTO SAMPOGNARO
“Una noche cayó por mi apartamento del centro: ‘¿Vos sabés que me viene una cosa que parece que me voy a morir, que estoy con un susto...? Entonces lo llevé al hospital Maciel, a Urgencias. Al rato viene la enfermera y me dice: ‘Muchachos, váyanse o se los va a llevar la cana. Tiene una falopa arriba éste que no da más’. [...] Y entonces le di un café y esa noche se vino a quedar acá, al cuarto de servicio, como un chiquilín chico: que dejara la luz prendida toda la noche y lo fuera a ver cada media hora”. [página 279]

RAMIRO DIEZ
“Me contó que hacía varias semanas que estaba adentro por una cuestión de drogas, que no había recibido una sola visita. [...] Le hice firmar mi designación como abogado defensor . Estaba muy contento y con un gran espíritu y se puso a cantar el blues para el bien mío. Y todos los presos y los abogados interrumpieron sus entrevistas y recuerdo que un guardián aplaudió y repetía: –¡Muy bueno, muy bueno!”. [página 250]

JORGE SCHELLEMBERG
"Taba tocando nombre de bienes y venía –canta– ‘Como un señor del tiempo, bien vestido y bien de nuevo, saludenló... y se cortó la luz. [...] Mateo dio un par de vueltas. Cuando volvió el sonido, Mateo agarró –canta– ‘uuuu’. ¡Agarró exactamente en el compás que había dejado! Fue una cosa impresionante”. [página 322]

MARIANA INGOLD
“¡Por la Pepsi! –dijo en el recital Coke in concert–. [...] Hubo un lío, ahí. Coca-Cola se enojó. Y después del recital Mateo entró con una botella envuelta en papel de diario. Y tomaba así en la botella. Y nosotros estábamos todos temblando [...] ¡Ay, socorro, si es Pepsi o si es grapa quedamos pegados! Y Mateo hizo así y la mostró: una botella de Coca-Cola. Todo orgulloso ¿viste? A mí me daba lástima porque sentía que era imposible que la gente se pusiera a bailar con eso. Podía bailar la mama vieja y algo más. Pero el tipo pensaba que eso podía llegar a ser comercial y realmente’taba difícil ¿no? ”. [páginas 342 y 375]

GUSTAVO PÍRIZ
“En el caso de Mateo no había pista de qué había que hacer, cuántos temas, cómo, qué formaciones... ¿había invitados? [...] Todo estaba sin definirse antes de hacerse el disco. [...] Él tenía un cuaderno y en cada página del cuaderno él tenía una servilletita de un bar u otro papelito equivalente donde tenía anotada la letra del tema. [...] Pero el arreglo lo terminaba de elaborar ahí y dependiendo incluso del instrumento que tuviera. [...] Por ahí alternaba con un tema y decía: –Ésta no, ésta tampoco, ésta tampoco... ¡Y eran cosas impresionantes! [...] Y este proceso de borrar lo del día anterior y volver a hacer otras cosas corrió durante cuatro o cinco días. [...] Entonces a partir de ese punto decidí que iba a empezar a decidir yo qué era lo que estaba bien o mal. [...] Eduardo Rozas tuvo otro trabajo meritorio en ese disco –Mateo solo bien se lame, 1971–: hacía guardia en la puerta del hotel de Mateo antes de que Mateo se divagara. [...] Paraba el auto en la puerta y lo atajaba a Mateo antes de salir y ya lo traía derecho al estudio”. [páginas 181 y 182]

JORGE TRASANTE
“Cada vez que venía a casa, tú entrabas y había un corredor largo, doblabas a la izquierda, después a la derecha y el último apartamento a la derecha era mi casa. Y cuando entraba, yo siempre estaba tocando. Escuchaba los tambores y él entraba y me decía que esos golpes lo iban llevando ¿viste? Era como un imán que lo traía hasta casa. Entonces me lo dedicó, ese tema –canción para el tamborero–”. [página 215]

VERA SIENRA
“Tuve una discusión con Mateo. Y recuerdo que fue un despelote detrás del escenario. Nos agarramos, si no fue a las piñas estuvimos cerca. [...] Porque en ese momento yo estaba con un estado gripal brutal, una fiebre impresionante y entonces le dije a Mateo si en vez de hacer cinco canciones no podía hacer tres. Algo así. Pero me puteó de arriba a abajo. Me destrozó”. [página 205]

ALBERTO WOLF
“A mí me insultó horriblemente una vez. Me acuerdo que yo quedé quebrado, así, hasta las patas. [...] Me había pasado un tema que yo no conocía, un tema nuevo. [...] Me dice: ‘Hacé esta voz que hice yo’. Y empecé a cantar. ‘¡No, loco, pero tenés un zapallo en la oreja! ¿No te das cuenta que estás equivocado, que estás cantando todo mal?’ Mateo, la escuché una vez. –‘¡Y a mí que me importa!’.” [página 303 ]

CARLOS PÁJARO CANZANI
“Con Mateo nos encontramos en el bar El Prado y él venía del cine Pocitos donde habían pasado el Concierto para Bangladesh. Y él había ido a ver el concierto nada más que para ver lo que había hecho Harrison –The Beatles–. Y él llegó completamente enojado, de mal humor, así –con los ceños fruncidos– diciéndome: –¡Qué mal tocó Harrison, no se puede creer!... ¡como si fuera un amigo de él que estaba jugando en la esquina al fútbol!”. [páginas 191 y 192]

KANO
“Otro día cae Mateo [...] con Tanguito, cae. ¡Un olor ese Tanguito! Se ve que hacía meses que no se bañaba. Tanguito agarra la guitarra y se pone a imitar a Jimmy Hendrix haciendo los sonidos con la voz. Mateo estaba súper alegre y le decía: –Tanguito, te felicito, te felicito. Te felicito porque estás muy loco. ¡Me encanta que estés tan loco”. [página 173]

MAURICIO UBAL
“El argentino León Gieco había incorporado a su repertorio –con la letra cambiada– el príncipe azul y se presentaba en Montevideo con bastante suceso. Mateo concurre al local del espectáculo durante el ensayo previo, se presenta a Gieco y le pide dos entradas para poder ver el recital. Emocionado y agradecido por el gesto, el artista visitante le procura rápidamente lo solicitado. Nuestro músico sale, vende las invitaciones a mitad de precio... y arranca para el boliche”. [página 193]

LEIRA
“Mateo siempre se ofrecía o no tenía ningún problema si le ibas a hablar para tocar en algún recital. Jamás tenía problema por asunto de guita o de aparecer más arriba o más abajo en los afiches. No le importaba un carajo ese tipo de cosas. El problema era que después no iba o, si iba, la gente esperaba que tocara sus temas más conocidos y el loco hacía otras cosas o unas zapadas o hacía un tema y se borraba. Poco a poco empezó a ser silbado y hasta despreciado por algún grupo de gente”. [página 203]

FERNANDO CABRERA
“Antes de conocerlo fui a un recital suyo en el Templo del Sol [...] y él hablaba y hablaba y jugaba con el humor. [...] Deben haber sido unos cuarenta minutos de improvisación sin parar de hablar hasta que terminó, se levantó, saludó y se fue. No tocó una nota. La gente quedó entre sorprendida y rabiosa y él bajó los escalones del escenario, rumbeó para la calle y no volvió en toda la noche. Un show total”. [página 294]
“En los primeros setenta Mateo hizo un recital en el cine Pocitos. Estaba lleno de gente. Después de algunas canciones anunció ‘un solo de guitarra’. Salió dejando el instrumento apoyado sobre una silla iluminada. A los pocos segundos el público chapó el chiste conceptual y muchos empezaron a reírse y a aplaudir el buen humor, el ingenio, la locura y, ¿por qué no? el vanguardismo de Mateo. Al cabo de cuarenta minutos ya varios protestaban, entre desconcertados e impacientes: saliendo indignados empezaron a vaciar el teatro. El espectáculo ya no seguiría. En el boliche de la esquina algunos se fijaron en Mateo, medio ebrio, levantando el enésimo vaso y saludando sonriente”. [página 204]

VERÓNICA INDART
“La última vez que lo vi –primeros años ’70– estaba en casa con Héctor Perazzo, mi marido, y llegó. Entró, agarró la guitarra y se sentó a tocar detrás de la ventana mirando el mar largo rato. Lo escuchamos. Cuando terminó, se levantó, dejó la guitarra y se fue sin saludar”. [página 174]

QUICO CICCONE
“Lo encontraba en 18, por supuesto. El loco pedía a todo el mundo, mangueaba plata para un café y de pronto pasaba otro por ahí y decía: –Ché, Mateo, ¿me invitás con un café? Y Mateo decía: –Sí, tomá. Le daba la guita que te había mangado a vos adelante tuyo, de pronto. No le importaba”. [página 256]

JORGE BONALDI
“Eduardo Mateo era rechazado porque pedía limosna, hacía cosas raras y se drogaba –dicen–. La izquierda uruguaya jamás lo consideró como parte de su actividad porque no se ajustaba a la imagen coyuntural que ésta pretendía dar. Hoy, los buenos izquierdistas cuelgan su foto en las paredes y bautizan lugares con su nombre... Por no hablar del dinero que generaron sus ventas post mortem, dinero que Eduardo Mateo necesitaba imperiosamente para subsistir y que, por supuesto, no vería jamás”. [página 244]

EDUARDO LOCKHART
“Había un viejo sordo en una parada de ómnibus [...] Vino un tipo y le preguntó algo y el viejo no le contestó. El tipo se creyó que lo estaba jodiendo, lo agarró a trompadas, el viejo se cayó al piso. [...] El viejo se muere en la casa por el golpe. [...] El tipo correspondía más o menos a la descripción de Mateo. Lo fueron a buscar a Mateo que estaba en una pensión. Se lo llevaron a Homicidios, lo cagaron a patadas. Él decía: ‘Yo nunca le hice daño a nadie’. Yo recuerdo que él me decía que le dieron picana. Le pegaron en el oído”. [páginas 280 y 281]

RUBÉN RADA
“El loco no estaba ni ahí de lo que pasaba en el país ni en la Tierra ni nada. Y a pesar de que fue un tipo que sufrió mucho, que en la época del Proceso le pegaron, le hicieron mucho daño. Le cagaron la vida porque el loco no se quedaba callado, el loco se cagaba en todo. [...] ¿Cómo lo vas a meter preso, como vas a querer hacerle preguntas coherentes a un tipo que no’tá ni ahí de la política ni del Fondo Monetario ni del batllismo? [...] La policía de estos países... no tiene vuelo. [...] ¿Entendés que está de más la policía para Mateo? [...] No existe el orden para él”.. [página 280]

HORACIO BUSCAGLIA
“Mateo componía hermosísimos temas que él tocaba una, dos veces, después no tocaba más, la dejaba ahí. [...] Pienso que ahí Mateo se estaba tomando su venganza, ¿no? de todo lo que esta sociedad, de todo lo que alguna gente le había hecho a él. [...] ¿Con qué podría castigar a esta sociedad Mateo? Era, bueno, esta canción tan linda no te la hago más. Y no te la doy y se muere. Uno de los recuerdos que me quedaron con más cariño es del libro Como un señor del tiempo, que Mateo me lo dedicó allá en El Galpón. Y la dedicatoria decía: ‘A mi mejor amigo’. Si he recibido honores por algunas otras cosas y si voy a recibir creo que ninguno va a ser como esa firmita donde Mateo dice que yo era su mejor amigo”. [páginas 115 y 353]

LEO MASLIAH
“Él siempre estaba como adentro de un capullo, Como que sacaba de ahí alguna cosita, digamos, pero yo nunca sentía que estaba hablando con él, ¿entendés? Era como siempre estar hablando con un portavoz humorístico de él, digamos, como con un caparazón así medio gracioso que él se formaba. Me resultaba muy impenetrable, como un tipo sumido en una cápsula absolutamente guardada ¿viste? En ningún momento, te digo, tengo la sensación de haber tenido una conversación con el loco”. [página 370]

LUIS RESTUCCIA
“Mateo no está loco. Y en todo caso, si lo está, mejor un loco con talento que muchos mediocres cuerdos ”. [página 290]

1 comentario:

PANORAMA PROPIEDADES dijo...

Ok, voy a quedar al tanto. Esto se va armando de a poquito y me alegro que te haya gustado. Voy a ver lo que andás haciendo vos. Un saludo grande.