miércoles, 12 de noviembre de 2008

Otros: LUIS A. SPINETTA

PARA LOS ÁRBOLES
Tal vez el mejor trabajo de Spinetta en lo que va de esta década. Al comenzar el siglo editó Los ojos - Silver sorgo y posteriormente completó el eje con Pan - Un mañana, todos ellos siguiendo una misma dirección, con melodías jazzeras lentas apuntaladas en el estilo Jade.
Para los árboles es más ecléctico, la presencia de la máquina de ritmo deja su impronta sutil. Tanto el principio (sin abandono) como el final (la bella aunque deforme tu cuerpo mediodía) son ideales para esos fines. Agua de la miseria; a su amor, allí; halo lunar se encuentran seguramente entre lo más preciado de su cancionero. Cisne, se vuelve elegante en la voz de Graciela Cosceri -por momentos algo infantil- mientras el lenguaje del cielo nos habla de un "niño precioso que no entiende nada ya..." quizás hijo de aquel que muchos años atrás aprendía a escribir en ese mismo cielo. La labor de los músicos es implacable y certera.

EDICIÓN
Universal Music 2003

MÚSICOS
Luis Alberto Spinetta: voz, coros, guitarra acústica, guitarra eléctrica con pitch shifter, guitarra synth, scratch, cuerdas, programación
Claudio Cardone: piano eléctrico, piano, piano, cuerdas y guitarra Abulzain, bajo
Javier Malosetti: bajo
Rafa Arcaute: teclados, teclados abejorros, back piano, sintetizador solista, teclado solista, arreglos
Mono Fontana: piano, piano eléctrico, cuerdas, ambientes del mundo
Dany Wirtz: batería
Nico Cota: percusión
Grace Cosceri: voz, coros
Invitados: Valentino Spinetta

CANCIONES
sin abandono
cisne
halo lunar
yo miro tu amor
a su amor, allí
agua de la miseria
dos murciélagos
vidamí
ciénaga dorada
néctar
el lenguaje del cielo
tu cuerpo mediodía


Agua de la miseria
Canta bajo la lluvia
alguien, alguien sin nadie...
te oye llorar de noche
cuando de tu alma sangras.
Ya no me mires así
¿y para qué vivir
si ya no tienes fe en tu hermano
al que no amas ya?
¡Ya no me digas que se siente!
Si no se cambia hoy

no se cambia más
y tus hijos sabrán
que vendíste tu amor,
que vendíste tu amor.
Juega, juega que el tiempo huye
y cámbiame por una mosca,
vierte, vierte tu lágrima
sobre la absurda suerte.
Ya no me mires así,
si no se cambia hoy,
no se cambia más
y tus hijos sabrán
que vendíste tu amor,
que vendíste tu amor.
¡Ya no me digas que se siente
al atravesar la eternidad
sin una gestión desde tu corazón!
Tu sombra da contra el muro
al que quiebras en múltiples ecos
y acércate y ahuyentarás
el desastre de mi alma que sueña.
Bebe, bebe desde el columpio
el agua de la miseria
y saca, saca de los que sufren
y quema la cruz, tan ciego
-sólo eres esclavo del poder-.
¿Y para qué vivir
si ya no tienes fe
en tu hermano
al que no amas ya?
¡Ya no me digas que se siente!...
¿Pero qué es lo que te pasa, nene?
...
Otras versiones
dos murciélagos - acústica y eléctrica (Jade)
ciénaga dorada (J. Barria)

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