miércoles, 10 de diciembre de 2008

Conceptuales/Conciertos: ENRIQUE LLOPIS

LA FORESTAL
Crónica cantada: un hachazo
a la dignidad del hombre

Esta obra única adaptada al disco por Enrique Llopis, que lleva textos originales de Rafael Oscar Ielpi y partituras de Jorge Cánepa - José Luis Bollea, funda sus principios en los sonidos del obraje, con música incidental litoraleña tomada en vivo de los conciertos realizados en Rosario, Santa Fe y Buenos Aires. Va contando paso a paso cómo logran organizarse los obreros de la madera para defenderse de los mercenarios uniformados pagados por la compañía inglesa La Forestal. Y los choques que se sucederán uno tras otro hasta que caigan más de doscientos trabajadores y queden tendidos miles de heridos. A diferencia de Taki Ongoy, que narra otra epopeya heroica, esta puesta en escena es indivisible, pues su formato se halla presentado en doce capítulos que hacen a un todo.

EDICIÓN
Fogón Music bajo licencia CBS/
Sony Music Entertainment 1984

MÚSICOS
Enrique Llopis: voz
Emilio Lenski: relatos
Jorge Cánepa: arreglos, dirección musical
Agrupación Coral Arsis

CANCIONES
la esperanza - camino a Tartagal
(Ielpi-Cánepa)
el desencanto - vámonos al Chaco (Ielpi-Bollea)

la bailanta - tres veces a la semana (Ielpi-Bollea)
la huelga - aquí estamos con la huelga (Ielpi-Bollea)
la represión - vienen los mercenarios (Ielpi-Cánepa)
llegada del doce (Ielpi-Cánepa)
el amor - tan sin palabras (Ielpi-Cánepa)
los ferroviarios - hasta morir o vencer (Ielpi-Cánepa)
la tortura - color tierra (Ielpi-Cánepa)
el incendio - ¿por qué no hacemos igual? (Ielpi-Cánepa)
el éxodo - se terminó la vida, compañera (Ielpi-Cánepa)
crónica de un olvido (Ielpi-Cánepa)

La tortura - color tierra
Jumelio Méndez se llama
el compañero apaleado,
lo cazaron los gendarmes
y mucho lo maltrataron.
Un tal sargento Barolas
era el que los torturaba,
los hacía desfilar
con una bolsa cargada.
Cuando pasaban delante
sin asco los macheteaba
y así lo tuvo al Jumelio
casi toda la mañana.
Jumelio Méndez tenía
las marcas sobre la espalda,
sobre la piel color tierra
como venas coloradas.
Al fin quién sabe hacia adónde
lo llevaron los gendarmes
y cuánto le habrán pagado
por el precio de esa sangre.
Jumelio Méndez, chamigo,
compañero en las hachadas,
ahí anda su nombre bueno
por el medio e’ la picada...

“Torturas y amenazas no alcanzan
para expulsar a todos de los pueblos.
La Forestal se decide entonces por el incendio.”

...

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