viernes, 26 de septiembre de 2008

Entrevistas: JUAN CARLOS BAGLIETTO











MARKETING SOCIAL

Entrevista exclusiva realizada para Disconario
el miércoles 11 de abril de 2001 a las 13.45 hs.


El antiguo Wincofón, tocadiscos desvencijado pero interminable, se resistía sistemáticamente ante mis vanos intentos. Así fue que mis padres decidieron reemplazarlo por un centro musical de última generación. Al conectar la antena y sintonizar una de las emisoras radiales quedé absolutamente paralizado. Era un tango con aires de rock y letra desesperada que encerraba en su melodía algo de misterio: una voz potente y teatral, por momentos desgarradora, arrasaba con todo mi universo conocido. Entonces sí supe quién era Baglietto... la canción
sobre la cuerda floja
, de Fito Páez, abrió una a una las compuertas de mis sentidos para liberar la luz y poder así alimentarme del más exquisito y querido rock argentino.
Creo no haber exagerado. Paul Mc Cartney aseguró, al ser consultado sobre Baglietto: “...hay algo en su voz que traduce melancolía”.
Tal vez, como una caprichosa pero placentera mueca del destino, me corresponde hoy realizar mi primera entrevista oficial, nada más y nada menos, que a Juan Carlos Baglietto.



UMBRAL
Y el público, de pie, con su eterno aplauso, sentenció el fin del anonimato para Baglietto y sus aliados rosarinos, quienes durante unos instantes creyeron haber acariciado el cielo con las manos. Ellos vivieron aquellos preciosos y precisos acontecimientos a comienzos de la década del ochenta: el Encuentro de Música Popular en el estadio Obras —organizado por la revista Humor— y el Festival de La Falda en Córdoba. Sin lugar a dudas y sin sospecharlo siquiera, estaban asistiendo perplejos a su propia consagración...


Juan, cuando dabas tus primeros pasos interpretabas composiciones del cubano Silvio Rodríguez y del español Juan Manuel Serrat. Recuerdo haber escuchado para la libertad en alguno de tus conciertos. ¿Por qué nunca te decidiste a grabar esas canciones? ¿Las vinculás con una etapa personal superada definitivamente?
Creo que son canciones que están muy bien realizadas por los tipos que las escribieron o que las interpretaron en su momento. Yo nunca escupo para arriba, digo, porque esas cosas a lo mejor vuelven o uno las vuelve a hacer casi naturalmente como una consecuencia de haberlas tenido muy incorporadas en alguna ocasión. Pero no las he grabado porque creo que ha sido más por el gusto de sacarme las ganas de cantar esas creaciones de artistas que me parecen geniales y admiro profundamente —tanto a Silvio como a Serrat—. Es más, quise robarles por un rato un pedacito de lo que ellos hacen. En general, trato de grabar aquellas canciones que, aunque sean conocidas, sienta que puedo estar aportándoles algo... y no sé si es el caso de esos temas.

Para la libertad, sangro, lucho, pervivo... / Ella pondrá dos piedras de futura mirada / y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan / en la carne talada. para la libertad (Miguel Hernández - Juan Manuel Serrat)


BURLANDO AL PODER
Al finalizar la década del setenta... ¿fuiste perseguido en la ciudad de Rosario por el brazo firme de la censura militar?
Sí. No éramos de los que estábamos en el frente de batalla pero, desde la música y no sólo desde ese lugar, tuve mis encontronazos porque, quien más, quien menos, los ha tenido en aquella época por existir nomás, por vivir dentro de un medio en el que se manejan algunos códigos un poco distintos.

¿Pensaste en abandonar la actividad que habías elegido como forma de vida?
No, nunca. La verdad es que en el caso particular de la música todo ha sido parte de un profundo proceso de convicción. O sea que no; en ningún momento se me cruzó por la cabeza dedicarme a otra cosa. En cambio, dejé otras tareas por la música, por ejemplo la arquitectura.

Tiempos de guerra, conocido finalmente como Tiempos difíciles, habría de erigirse en el punto de partida de la carrera solista de Baglietto. Es la primera ocasión en la que una ópera prima vende alrededor de 30.000 copias durante el mes de su lanzamiento. Mirta, de regreso
, el corte de difusión, se transforma en una canción emblemática que luego de marcar a fuego a toda una generación atravesará vertiginosamente los muros del tiempo hasta alcanzar un notable grado de atemporalidad...

¿Crees que el éxito resonante de Tiempos difíciles, además de justificarse por su indudable calidad musical se ve acrecentado por el destino que tienen aquellos trabajos referenciales de una realidad circundante estremecedora como lo fueron la dictadura o la guerra de Malvinas?
Yo no sé si existe tal infalibilidad del destino, si los hechos que están predestinados suceden inexorablemente. A lo mejor sí, pero uno nunca lo puede corroborar. Creo que influyó en mucho el entorno, que se armó una especie de lecho ahí. Se generaron las condiciones para que se me prestara atención. El tema de la prohibición de la difusión de la música en inglés; tal vez la gente sentía la necesidad de ver en mí a una cara nueva y pienso que el lenguaje también estaba relacionado. A partir de esas letras de Adrián Abonizio, de Fandermole, que utilizaban un código particular profundamente popular pero con un ‘chiste’ estético que iba más allá de decir las cosas lisa y llanamente. Desde ese sitio algunos de los autores y compositores de aquellos años aportaron lo suyo a la cultura joven de este país. No lo digo ya desde mi situación de intérprete —a lo mejor colaboré— sino según la composición, los códigos, la popularización de la poesía, la fusión, esa intención de decir: “bueno, loco, el folclore está acá, está en nosotros, el tango también está en nosotros” como estaban metidos, de todos modos, en muchas canciones de García o Spinetta, pero sin maquillaje. Además, éramos bastante inconscientes porque no teníamos mucha idea de lo que estábamos creando. Entonces, ni siquiera es un mérito (risas). Cargábamos con toda esa energía, el placer y la necesidad de hacer y hacer, sin tener noción certera de qué era lo que nos sucedía.

La moda ha cambiado un poco, Mirta, / ya no hay ni un pelo largo, todos parecen soldados; / me siento parado en un cementerio, me recibió el frío y un nuevo gobierno... Mirta, de regreso (Adrián Abonizio)

La música de Baglietto acompaña las imágenes de las películas Los chicos de la guerra (Mirta de regreso - tratando de crecer) y Cipayos.

Por entonces... ¿resultaba más efectivo en cuanto a la recepción del mensaje por parte del público apelar a un lenguaje explícito de resistencia como en el caso de tiempos difíciles, en la cruz de los días o la censura no existe o, en cambio, tratar de ejercitar la reflexión veladamente como intentaba Charly García desde su canción de Alicia en el país, en la cual hacía referencia a un sitio imaginario dominado por morsas, tortugas y brujos?
Creo que, de alguna manera, se hacía lo que se podía. Y había mezcla, había una mezcla de aproximaciones. Toda cosa prohibida generaba un interés mayor. Quizás ése fue uno de los tantos errores que puede haber cometido el gobierno militar: tratar de direccionar la cultura. En algún punto lo lograba pero, debajo de eso, había una efervescencia tal que era imposible de detener. Bueno, vivíamos pendientes de los casetes de Silvio Rodríguez porque ésa era una música clandestina. En realidad, si hubieran tenido una circulación normal, les hubiésemos prestado atención pero no nos hubiera dado la sensación de estar burlando al poder.

...los profanadores se olvidaron / que la carne se entierra y no produce / pero hay ramificaciones que están vivas / y es peor... están alertas. tiempos difíciles (Fito Páez)

Nadie puede robarnos un minuto de sol, / nadie puede engañarnos una vida; / los mentirosos necesitan piedad / en sus ‘casitas de mármol’. en la cruz de los días (Rubén Goldín)

La censura no existe, mi amor / la censura no existe, mi... / la censura no existe,... / la censura no... / la censura... / la... la censura no existe (Baglietto - Héctor De Benedictis)


ROSAMIGOS
¿El festival Rock Rosario ’83 surge de la necesidad de mostrar a todo el país lo que estaba aconteciendo con la música popular de tu ciudad natal?
Era una combinación de mostrar; de tener deseos de juntarnos y tratar de compartir la popularidad que empezábamos a tener o, mejor dicho, de la que yo comenzaba a gozar. Es más, sentía algo de culpa también...

¿Por el hecho de que el reconocimiento popular recayera de manera excluyente sobre tu figura?
Claro, de pronto existían una cantidad de autores que tenían tantas condiciones como yo y que no disponían de la posibilidad de grabar discos ni de dar a conocer en forma masiva lo que hacían. Entonces, a muchísima de la gente con la que me crié musicalmente —que de hecho y por suerte hoy sigue haciendo su música y continúa generando hechos artísticos— sentí la necesidad de decirle: “che, bueno, a mí me está tocando vivir esto y quiero compartirlo con quienes crecí... con los que la peleamos”.

¿Y Nebbia...?
Y, en ese momento, Nebbia era para mí un personaje aparte, porque yo lo admiraba. A mí me ponían amonestaciones por tocar con el peine temas de Los Gatos, ¿me entendés? Así que era el gusto de juntar las puntas que hasta allí habían generado esta historia: “él como pionero precursor y yo como el último eslabón hasta esa instancia”.

Al pisar los noventa, Baglietto y otra rosarina, Silvina Garré, retoman este sendero de encuentros musicales con giras extensas y muy exitosas. Como fiel testimonio de aquellos días agitados queda un álbum que incluye una versión de quien quiera oír que oiga, la obra compuesta justamente por Nebbia y Eduardo Mignogna como leit motiv de la banda sonora de la película que narra la vida de Eva Perón.

Si la historia la escriben los que ganan / eso quiere decir que hay otra historia, / la verdadera historia: “quien quiera oír que oiga”. / Nos queman las palabras, nos silencian / y la voz de la gente se oirá siempre; / inútil es matar, la muerte prueba que la vida existe. quien quiera oír que oiga (Eduardo Mignona - Litto Nebbia)

Nuevas uniones generaron la sucesión de recitales presentados en el teatro Coliseo con el nombre de Por qué cantamos, junto a Nito Mestre, Celeste Carballo y Oveja Negra.

¿El ciclo evocaba al antiguo Acusticazo
que tenía por objeto defender lo acústico por sobre otros géneros?
No, tenía que ver con fotografiar lo que éramos en ese momento. La idea creo que partió de Grinbank, personaje con el cual trabajábamos todos en una misma agencia, cuando aún se codeaba con los mortales (risas). Sí, creo que esa idea fue suya. De ahí en más se me ocurrió tomar por qué cantamos, de Mario Benedetti, porque había ido a ver a Nacha Guevara. Siempre la admiré profundamente y trataba de no perderme por nada del mundo sus espectáculos ya que me parecía una artista muy completa, tremendamente completa... de las pocas personas que se animaban a tanto aquí, en este país. Ahí escuché el tema y le vi la punta para grabarlo de otra manera. Bueno, es más, le pedí permiso, fui y lo registré en uno de los shows de ella. Después hicimos una versión absolutamente diferente....

Cantamos porque el niño y porque todo / y porque algún futuro y porque el pueblo, / cantamos porque los sobrevivientes / y nuestros muertos quieren que cantemos. por qué cantamos (Mario Benedetti - Alberto Favero)

Hacia fin de siglo, cuando los autores registran a su turno su propio ‘unplugged’, puede darse por concluido el viejo duelo ‘acústico vs. eléctrico’. En ese sentido, Ayúdame a mirar
trasciende como un trabajo de neto corte anticipatorio y su título está inspirado en textos del escritor uruguayo Eduardo Galeano.

Más allá de tantas fructíferas alianzas; de contar con muchos invitados de lujo para tus conciertos y de interpretar joyas de Joaquín Sabina, Mezo Bigarrena o Pedro Guerra... ¿por qué no has llegado a afianzar tus nexos discográficos con artistas españoles o de otras latitudes?

No lo sé. Hay tiempos para las cosas. Yo no soy de los que fuerzan las situaciones. O sea... en ningún caso me vas a ver golpeando la puerta, cargoseando a alguien, siguiéndolo de cerca. Pienso que cada quien tiene su tiempo y su espacio y lo mismo exijo. Los hechos deben darse así, naturalmente. Con el Mezo hubiese sido... él insistió mucho para que grabáramos un álbum. Mezo era un ser muy impulsivo pero a la vez anárquico. Era difícil de concretar y no se dio. Tenía sus necesidades y urgencias propias y yo, a la vez, andaba a mil. Después pasó lo que pasó y nunca más. Con Sabina fantaseamos con grabar infinidad de veces pero, si bien tenemos una relación amistosa importante, también manejamos otros tiempos. Él tiene otra forma de vivir, distinta de la mía y, precisamente, si llevamos adelante una amistad es en base al respeto mutuo de las disidencias. Yo he ido a la casa de Joaquín en España, he estado dos semanas allí y nos hemos visto tres veces solamente, ¡parando en su propia casa! Él vive en otros horarios, vive de noche, escribe compulsivamente durante horas y eso requiere de una concentración que no le permite estar haciendo sociales. Y con Pedro Guerra no hemos tenido el contacto suficiente, a pesar de que nos encontramos en varias oportunidades.

Hoy dice el periódico... / que subió la marea, / que fusilan mañana a Jesús de Judea, / que creció el agujero de ozono, / que el hombre de hoy / es el padre del mono del año 2000. eclipse de mar (Joaquín Sabina - Luis E. Aute)

Quién fue el que te parió, asesino de probeta... / cómo es que se te ocurrió amargarme así la vida / con este invento del sida y tu falsa información / que me trata de cretino o maricón. la rosa fantasma (Mezo Bigarrena)

Pedro tiene veinte / –veinte y no sale casi nada–, / todo el día juega y juega / preso en la pantalla. hechos de gente (Pedro Guerra)

La increíble versatilidad de Baglietto le ha posibilitado ser considerado parte activa del rock argentino y del tango o el folclore a un mismo tiempo. Su posición se evidencia al ser partícipe de la grabación de una opereta de Alejandro Dolina y de poder disfrutar de la compañía de dos tangueros como Virgilio Expósito y Rubén Juárez o Patricia Sosa, proveniente del sector más ‘duro’ del rock and roll pero volcada en la actualidad hacia la canción melódica. Juan y Patricia comparten, entre otros, el tema si bastaran un par de canciones.

Dedicadas para los que están abandonados, / dedicadas para los que están / con un futuro indiferente, / sin un pasado, sin un presente. / Dedicadas para los que están desesperados, / dedicadas para los que están / sumidos en un sueño muy profundo / más fuera que dentro de este mundo. si bastaran un par de canciones (Eros Ramazzotti)


[PAUSE]
Acelerado, el cuerpo de Juan se despega del escritorio y da un giro hacia la computadora. Entonces, introduce un disco compacto y algo inquieto resalta:

—¡Cómo toca este tipo!, loco.

—¿Quién es? —pregunto, algo desconcertado.
Es un personaje rarísimo: Agustín Barrios Mangoré, un autodidacta paraguayo que murió en el cuarenta o cincuenta y pico. Cada vez que lo escucho... ¡es impresionante! Es increíble lo que toca (hace gestos como si tuviera una guitarra entre sus brazos).

—¿Es muy clásico, no?
—Sí, éstas son composiciones de él. Me alucina lo ‘limpito’ que ejecuta.


EN SICRO
A pesar de que las canciones seleccionadas para integrar el disco Acné no denotan un gran compromiso con el entorno —a excepción de por probar el vino y el agua salada, de Charly—, ¿creés que el álbum mantiene viva la llama esencial del rock argentino?
Probablemente sean representativas de lo que a mí me sucedía con esa música en sus principios.

Porque no son, quizá, las más rebeldes...
No, no, ni pretendía tampoco. Quise hacer un disco de lados B, no uno de ‘hits’. Son canciones que yo recordaba con gran cariño, canciones que habían producido cosas en mí. La selección es tan discutible...

Las niñas han regalado sus piernas al mal; / satanás volverá a biencastigarnos / por dudar del rey de este lugar, / por probar el vino y el agua salada / y por la gente murió nuestro rey en paz. por probar el vino y el agua salada (Charly García)

Sin embargo, otros trabajos tuyos tienen un perfil mucho más social. Desde aquel suicida de sobre la cuerda floja hasta d.l.g. puede leerse una renovada preocupación por el contexto, desarrollada a lo largo de toda tu obra...
Con lo social tengo una especie de... no de reticencia pero sí creo que existió una distorsión, por lo menos durante un tiempo, de lo que pueden ser los compromisos. Antes bastaba con que un tipo se subiera al escenario a decir “la puta que los parió” contra tal o cual cosa para tener una mínima relevancia —y han pasado cientos—. Y eso siempre me produjo un poco de urticaria. Digo, el compromiso no pasa por hacer panfletos con tres acordes. El compromiso pasa por vivir comprometidamente, por un lado, no sólo por cantar o profesar lo que uno piensa sino por ponerlo en práctica, además ¿no? Y el compromiso pasa también por cómo te vinculás con tu entorno; el compromiso pasa por qué es lo que hacés como artista en el medio. Yo no he hecho los discos para demostrar en determinadas épocas un grado determinado de compromiso o de falta de compromiso sino que considero haber tenido un compromiso continuo, por lo menos con las cosas en las que creo. He atravesado mis épocas ‘abruptas’, he pasado por mis etapas de excesos. Pero, digamos, he tratado de manejarlas lo más equilibradamente posible... de acuerdo con lo que me permitía la cabeza en ese momento —muchas veces, poco equilibradamente— (risas).

Es decir que has privilegiado siempre el ‘hecho artístico’ para no caer en la tentación que ofrece la superficialidad del panfleto...
Por ahí pasa la cosa. En definitiva, yo no hago política ni soy cura. No pretendo convencer a nadie de que se haga cristiano. Yo no soy maestro ni tengo la misión de educar a las personas a través de lo que digo. Soy, de hecho, un artista popular que debe preocuparse mucho por lo que dice y por cómo lo dice, ya que he llegado a un grado de exposición permanente y, aunque no lo quiera, puedo ser tomado como ejemplo.

...el invierno que pegaba fuerte / lo encontraba a veces en la seccional; / “el vino es casi como el amor” –decía–. / De a pedazos, de a pedazos cae... quieto. sobre la cuerda floja (Fito Páez)

Gente de todos los lados, / vientos amigos de Dios, / carguen sus armas / –aunque sea cárguenlas de ganas– / y tírenle al cielo su amor. d.l.g. (Fito Páez)

¿La letra de dormite patria nos muestra una visión sobre el concepto de nación diferente de la de otras canciones como amor en otras palabras o no olvides que una vez tú fuiste sol, del cubano Augusto Blanca?
En realidad las otras son visiones más cotidianas y más certeras también. Amor en otras palabras habla desde la postura de un tirabombas, un combatiente. No olvides que una vez tú fuiste sol... propone una óptica más lógica desde la memoria hasta qué sé yo qué, según el tipo que camina por la calle y tiene sus necesidades, sus aspiraciones, sus frustraciones, pero no ya desde el personaje elegido para cambiar la historia sino desde el lugar común del que dispone el que realmente puede modificarla.

Quiero ayudarte porque siempre es invierno / y no tenés un techo y están los lobos sueltos... / Las madres de los pañuelos / y los hijos de mis hijos... / te vamos a hacer una ronda / que abarque todo el mapa / y entre provincia y provincia / no habrá límites ni nada. dormite patria (Adrián Abonizio)

Con estas manos de acariciarte la espalda, / llevaré un fusil, tal vez mañana... / y con los mismos ojos de mirarte / apuntaré al corazón del que me ataca. amor en otras palabras (Rafael Bielsa - Alberto Callaci)

...Déjate llevar y vuelve a ser jinete, / viaja hasta tus valles de palomas sueltas / que éste es tu país: / donde están tus riendas, donde está tu espuma, / donde abandonaste tu camino, entonces, / donde naufragaste haz crecer mil rosas / y no olvides que una vez tú fuiste sol. no olvides que una vez tú fuiste sol (Augusto Blanca)

Se acentúa el mensaje desde temas como Dios y el diablo en el taller, mienten, en este barrio... incluidos en el repertorio en vivo que interpretan a dúo con Vitale...
Sin duda. En principio los temas surgen por decantación. Uno se expresa a través de lo que canta. A tal punto es así que optamos por no hablar. Nosotros no decimos ni hola. Pero no es porque seamos parcos. Pensamos que las canciones son ésas —y no cualquier otra—. Tienen un orden, mantienen una tensión y están contando algo que tiene que ver con lo que somos, no sólo nosotros sino, entendemos, el público que coincide con nuestra forma de manifestarnos.

Son dos desocupados más, / lo justo se hizo moda / y el verso casi un verso de verdad / y el trabajo una zona que no está... Dios y el diablo en el taller (Adrián Abonizio)

Y mienten, ¿quién dice que no es urgente? / porque el fantasma del hambre se aparece entre mi gente. / Y no me puedo enderezar y estoy parado... / nací para trabajar, nací para trabajar y no hay trabajo. mienten (Roque Narvaja)

En este barrio también está / el que se caga en todo y hasta en Nueva York, / no adora el dólar y claro lo ve / que este Norte no es la solución. en este barrio (Mezo Bigarrena)

Aun habiendo escuchado esas canciones infinidad de veces, la selección impacta por su coherencia...
Uno intenta. Me parece que hay momentos en la vida y en la carrera —por llamarlo de alguna manera, si es que puede hablarse de carrera— en los que se da en el blanco, en los que se está en sincro con lo que la gente desea escuchar y en sintonía con la necesidad individual y eso posibilita que lo que vos intentes llegue en forma mucho más potente. Por suerte, desde hace casi dos años estamos atravesando una etapa de profunda comunión con lo que encaramos y de gran felicidad, porque realmente nos da mucho placer.

Esa actitud es transparente... se percibe desde afuera del escenario...
Sabemos que se nota porque es inocultable para nosotros. Hemos adoptado algunos códigos que, a lo mejor, son de comunicación en lo personal y un poco se pierden. Pero, el hecho de ni siquiera mirarnos es absolutamente adrede. Hay un espíritu que flota en el aire y no requiere del estar pendiente de lo que va a hacer el otro. Porque el otro va a hacer lo que tiene que hacer y va a hacer lo mejor para ese momento. Vitale y yo somos muy respetuosos de lo que hace el otro. Diría que el ciento por ciento de las ideas que planificamos están consensuadas. Contamos con gran cantidad de kilómetros sobre el lomo, así que charlamos y... tenemos además muchos más años de conocernos que de tocar juntos.

En el 2001 Baglietto-Vitale redoblan su apuesta con la grabación de Qué más hacer en esta tierra incendiada sino cantar. En él confluyen mágicamente la historia de ambos protagonistas: el caudal compositivo de Abonizio y Fandermole recrea la carrera solista de Juan y la ductilidad de Vitale y Lucho González evoca al famoso trío. La tarea es arriesgada, ya que pretende divulgar un repertorio anónimo e inédito entre el público acostumbrado al tango y el folclore de siempre. Es el paso inverso al que realizó Baglietto cuando se apartó de su obra para incursionar en estos géneros. El título del disco es el más directo desde la época de Tiempos difíciles
: una reafirmación cruda acerca de la particular visión del dúo sobre nuestra realidad.

La muerte, las bombas, vengan de qué bando, / de dónde provengan, el miedo o el asco. / La angustia, el ‘choreo’, las botas, los sables, / el Turco, el chamuyo, la sed, los cobardes... / Los niños de ricos que sienten tristeza / y los chicos pobres que se cagan de hambre... / Las madres de tantos, / los jueces corruptos [caja de empleados], / los ingresos brutos, el default y el ‘Pelado’. malas palabras (Baglietto - Lito Vitale - Lucho González)

El país se desmantela como quien retira el plato, / hay fracasos que parecen crímenes organizados. fracasamos (Roque Narvaja)

Canto, canto, / tan débil soy que cantar es mi mano alzada y fuerte; canto, canto, / qué más hacer en esta tierra incendiada sino cantar. canto versos (Jorge Fandermole)

Ese poderoso lazo musical con Lito Vitale se remonta a una serie de conciertos ofrecidos en el teatro Coliseo junto a Rubén Goldín...
Sí, pero ésas eran apariciones esporádicas. Por esa época, yo tenía un estudio y Lito había venido porque yo estaba preparando un álbum para chicos, un trabajo que nunca llegué a concretar.

El mencionado disco se llamaría El luno y encuentra su antecedente inmediato en la conga mistonga y la milonga canchera grabadas por Baglietto con Piero y Marilina Ross.

Con Postales de este lado del mundo y Postales del alma rescatan piezas fundamentales, tradicionales del folclore y el tango...
La propuesta surgió, básicamente, a partir de una necesidad compartida con Vitale porque, en realidad, cuando en el ’91 nos pusimos a grabar el primer Postales..., lo único que sabíamos era que queríamos registrar un álbum, pero desconocíamos con qué material. Entonces, empezamos a ver qué puntos de contacto nos unían y, bueno, descubrimos que ambos vivimos una música en común que era la que escuchábamos de chicos, en nuestras casas: el tango y el folclore, justamente. Cuando iniciamos el recorte sobre los temas de la placa —que por aquel entonces todavía era un disco de pasta y se daba vueltas (aún se seguía fabricando el long play)— decidimos hacer un lado de autores clásicos y otro lado de contemporáneos. Al sentarnos a laburar nos dimos cuenta de que nos iba mejor, aportábamos mucho más y nos sentíamos más cómodos con los clásicos que con los contemporáneos.

Yo me hice india y ahora estoy / más cautiva que ayer / quiero quedarme en el dolor / de mi gente ranquel. Dorotea, la cautiva (Félix Luna - Ariel Ramírez)

Hoy resulta que es lo mismo / ser derecho que traidor, / ignorante, sabio, chorro, / generoso, estafador... / Si es lo mismo el que labura noche y día como un buey... / que el que mata, que el que cura o esta fuera de la ley. cambalache (Enrique Santos Discépolo)


PUESTAS Y APUESTAS
En alguna oportunidad expresaste que el título del álbum
Mami implicaba un grito de auxilio...
En verdad uno se pone a pensar en estas cosas cuando se ve en la obligación de contestar. Con Mami corría el año ’88. Yo estaba tratando de superar una etapa bastante fulera, de mucha incertidumbre. Ocurrieron un montón de circunstancias en lo personal y en lo artístico —bueno, siempre es en lo personal ¿no?—. Estaba realmente desorientado. Aquellas personas en las que confié me defraudaron y se me habían desmoronado varias estanterías. No tenía en claro qué hacer; si independizarme, seguir, si meterme... Ahora que lo pienso sí, era como pedir socorro. A mí me parece un gran disco y es uno de los que menos bola se les ha dado. Inclusive, desde lo estético, fue una especie de resumen también, porque si bien ahora lo veo a la distancia y percibo que algunas ideas no estaban maravillosamente logradas, quiero decir, había más riesgo para la época y en la puesta se leían una cantidad de códigos. No sé si vos te acordás. Creo que no lo conseguimos, exactamente: Lautaro, con su cajita y después esa cajita era la que finalmente desbalanceaba. Bueno, todo comenzaba con la boca esa que me franeleaba hasta que en un momento me escupía. Continuaba con el tema tiempo de silencio y un ventilador que hacía volar papeles. Yo cantaba dormite patria mientras bajaba de parrilla un cuadro así, gigante, de un prócer ‘militaroso’ sin cabeza y a la par aparecía un nenito —que era Lautarito y por entonces tenía como seis años— con una caja del tamaño de una de las de zapatos, vestidito de guardapolvo y peinadito a la gomina. Intentaba alcanzar a ese prócer y no lo lograba hasta que, al final, tomaba su cajita, se iba y dejaba de sonar la canción. Al culminar el show, se escuchaba en pista la música del último tema pero en versión instrumental y, en el medio de la escena, descendía una balanza formada por dos platos vacíos, uno abajo y otro arriba. Entonces, cada integrante cruzaba el escenario para colocar en el plato elevado ese elemento que lo distinguía en el espectáculo y en la vida real también. Venía el escenógrafo y tiraba los pinceles, pasaba el guitarrista y ponía una guitarra, el baterista arrojaba los palos... pero la balanza no se equilibraba hasta que Lautaro colocaba allí su cajita. Por eso te digo, me parece que a nivel ideas de puesta en escena sintetizaba una cantidad de imágenes que yo estaba tratando de reunir y se encontraban dispersas en algún lugar de mi mente.

Vengo a decirte que la libertad no sirve, / si nacimos para títeres; / la señora Justicia anda enferma, / por la noche alguien le arranca las vendas... en tierra firme (Adrián Abonizio)

Silencio cuando estemos casi muertos / de tanto decir muerte por la boca... tiempo de silencio (Jorge Fandermole)

También fueron deslumbrantes las puestas en escena para las presentaciones en vivo de álbumes como Baglietto o Modelo para armar...
Eso se lo debo a una herencia, en realidad. En el ’76 y ’77 integraba un grupo que se llamaba Irreal.

Sí, me cansé de preguntar por el disco de Irreal y no hubo forma de conseguirlo... inclusive lo busqué en Rosario.
No existe. Ni siquiera yo lo tengo.Me habían comentado que existía material en vivo... Un disco no, era un casete que grabamos. Hicimos trescientos y los vendimos nosotros... Como te comentaba, por aquel entonces con Beto Corradini pergeñábamos un montón de cosas. Su mujer hacía pantomima y yo tenía una novia que iba a Artes Visuales y, por lo tanto, nos unía una estrecha relación con el teatro. Inventábamos sketches, parodias, mientras tocábamos o antes... a veces para romper el hielo arrancábamos con una actuación. ‘Giladas’ con buenas intenciones pero realizaciones pobres. Por eso creo que fue una herencia de aquellos días. Yo era, de todos modos, el que iba a los ‘asaltos’ y se la pasaba la noche entera con los botones de las luces. Y la arquitectura también contribuyó un poco... En realidad quería estudiar escenografía pero me dio cosa. El único lugar donde se estudiaba era en La Plata —hablamos del setenta y pico—. Bueno, no me animé a irme a La Plata, dejar a la noviecita, a los amigos, a mi casa, qué sé yo qué... e ingresé en Arquitectura, que no es lo mismo pero te da una visión más global a la que te ofrece la escenografía... una visión del mundo, sin duda. De todas maneras, ambas tienen muchos puntos de contacto. En definitiva, las puestas en escena terminan siendo un arrastre, una combinación de todos esos factores.

Y ahora estás explotando esa veta...
Ahora laburo con eso. Trabajé como puestista de Patricia Sosa, Jairo, Alejandro Lerner, Natalia Oreiro y otros. Además realizo eventos que no siempre tienen que ver con el ambiente artístico: desde la presentación del mundial sub 20 hasta el Congreso Eucarístico Nacional. Bueno, se ha ido ‘degenerando’ la cosa pero, en verdad, me apasiona.

Se reproduce una lucha interna, pero todas tus facetas logran convivir...
Las puestas en escena tienen una relación muy directa con el show, con la creatividad. Algunas personas me preguntan si no me molesta ver todo ‘desde el lado de atrás’. Por el contrario. Será que además tengo cubierta mi cuota de protagonismo. No es que para mí pueda signifcar una frustración, no es que hago bajar los telones porque no puedo subir a un escenario. En realidad, como cumplo también con esa parte de exposición, lo otro puedo realizarlo con muchísimo placer, sin el más mínimo resentimiento.

¿Qué opinión te merece la organización de festivales como Cosquín o los exitosos ciclos gratuitos de Argentina vivo, en la órbita nacional?
A mí me parece que hay que hacer cosas. Creo que todo es perfectible y que, en ambos casos, se puede avanzar. Creo que en el 2001, Cosquín estuvo mejor a nivel organizativo. A mí me ha tocado vivir otros ‘cosquines’ —inclusive algunos muy de cerca— y renuncié al primer día tratando de llevar a cabo la puesta. Les dije: “bueno, muchachos, usen la plata para ir a comer”. En cambio, Argentina vivo no tengo ni idea porque al dúo Baglietto-Vitale no lo convocaron.

Lo convocaron desde la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires...
Claro, sí, con cultura de la ciudad tenemos buena onda, con cultura de la nación no hay ninguna onda. Por nada en particular, no lo generamos nosotros. Simplemente, no nos llaman. Como cada quien... están cuidando su boliche, hay internas.

El grito sagrado, un disco con respetuosas versiones sobre las canciones patrias —presentado en sociedad en el teatro Colón y el día de la asunción a la presidencia del Dr. Fernando De la Rúa— estaba vinculado con la ciudad también...
Exactamente, pero ese proyecto venía por el lado de Educación, no por Cultura.


“MARKETING SOCIAL”
¿Cuál es el papel de la educación argentina dentro del panorama actual?

Hoy y siempre, la educación ha sido el pilar de la dignidad humana. Lo que sucede es que hay cosas para las cuales, ni la gente —y mucho menos el gobierno— pueden mirar hacia otro costado. Hay cosas que no son privatizables, que no son eludibles. Uno no puede hacerse el distraído, uno como ciudadano, digo ¿no? No te podés hacer el boludo con lo que está pasando. Debemos tratar de ver desde qué lugar podemos aportar lo nuestro como para después sí poder disponer de algún mínimo fundamento como para quejarnos. En general, los argentinos tenemos la queja fácil aunque también es cierto que hay una especie de doble cuestión al respecto, porque nos han defraudado tantas veces que nos cuesta depositar nuevamente la confianza en algo o en alguien.

Vitale y vos aportaron su granito de arena con la donación de dinero a beneficio de varias escuelas del interior del país...
Hace un año y medio, casi dos años, estuvimos realizando una actividad que, para nosotros, representaba una salida laboral. Gracias a nuestros sponsors —que por aquel entonces fueron Telecom y Provincia Art— encaramos una gira por ciudades del interior donando las recaudaciones a las escuelas carenciadas de los sitios a los que concurríamos para realizar los conciertos. A nosotros nos pagaban las empresas y se donaba íntegramente la recaudación. Una cruzada que llamamos ‘gira solidaria’. Muy interesante. Cerraba por todos lados. A nivel personal, fue una fuente de trabajo que nos permitía aterrizar con la música en ámbitos a los cuales normalmente no llega nadie y, además de eso, saber que con lo que estabas efectuando colaborabas con individuos que lo necesitaban, directamente a través de los ministerios de educación de cada localidad o pueblo. Nosotros no elegíamos a las escuelas sino que las seleccionaba la Secretaría de Educación o el Ministerio de Educación de ese lugar y se priorizaban las urgencias básicas. Acá no se entregaba plata. Se daban las cosas concretas que las escuelas solicitaran. Y era realmente doloroso ver las listas porque, no eran computadoras, fotocopiadoras... era comida, zapatillas, estufas para no tener frío, bombas para poder extraer agua, generadores para poder proveer de electricidad... ya no cuadernos de tapa dura. Les pedían a las empresas, nosotros sólo éramos la cara visible del proyecto.

Fue creativa esta iniciativa en torno a las escuelas.
Si la ayuda no proviene de organismos estatales, que las mismas empresas que han sido beneficiadas en tantos contratos devuelvan a la sociedad un poco, al menos, de todos esos dividendos... Demuestra, una vez más, que se puede, que hay gente dispuesta —no sé si mucha— para que estos actos sucedan; algunas empresas que todavía siguen teniendo cierto costado de sensibilidad, aunque sólo sea por publicidad. Por otra parte, las donaciones son deducibles de impuestos, quiero decir... Quedarían por hacer otras tantas acciones dentro de este marco que nosotros hemos denominado ‘marketing social’. Ojalá prosperara, ojalá cundiera el ejemplo y hubiera más artistas con trabajo y más organizaciones tratando de retribuirle a la gente un poco de lo que el contribuyente les entrega cada día.

¿Resulta falsa la antigua disyuntiva entre ‘lo intelectual’ y ‘lo popular’?
No, bah... no sé. De hecho existen distintas posiciones al respecto, diferentes pedestales donde pararse y apreciar el mundo. Existen. Yo no creo en la intelectualidad como una ‘pajería’ que conduce a la inacción, una idea separada del brazo ejecutor. No lo concibo. Pienso que eso es filosofía barata. Las ideas tienen que materializarse para no caer en la boludez de una cantidad de tipos frustrados que, en definitiva, lo único que hacen es pensar o hablar. Estamos absolutamente urgidos y hacen falta pensadores, pero también estamos muy necesitados de brazos que pongan en acción aquellas buenas ideas.

¿Cómo se explica que sellos discográficos de origen internacional colaboren con la difusión de trabajos intelectuales que expresan una oposición directa al accionar de las multinacionales?
Se hace posible porque la gente que está a cargo de las multinacionales podrá tener muchísimos defectos pero no es tonta. Quiero decir: ellos, en alguna medida —o en toda medida— tratan de vender lo que la gente necesita comprar, entonces... si las personas compran un producto que dice “a la mierda con las multinacionales” ellos, de todos modos, lo van a vender porque su negocio es el de hacer dinero con la música y no el de transmitir ideas. Yo no soy el caso, no puedo hablar mal de las compañías porque siempre grabé lo que se me dio la gana. Con mayor o menor fortuna, cuando iba bien, todos éramos los beneficiados y, cuando iba mal, inevitablemente yo era el responsable. Pero, más allá de eso, nunca me cercenaron. En ese sentido me trataron bien, en otros tantos, no.

Has sido invitado para participar en actos de conmemoración de la democracia en Rosario o en la Plaza de Mayo, en repudio al golpe de estado de 1976 —organizado por Madres de Plaza de Mayo—. ¿Por qué te tienen en cuenta?
Porque digo que sí (risas). Supongo que también les interesará no sólo lo que produzco musicalmente sino la actitud que pueda tener, mi actitud pública.

¿Seguís interviniendo como lo has hecho siempre?
Sigo interviniendo en los actos que me interesan. Hay un montón de cosas a las que les digo que no y algunos sitios a los que sigo yendo de vez en cuando.


OPINIONES
Luego de haber colaborado en el disco Cantemos a María Elena Walsh... ¿Cómo interpretás los cambios de postura ideológica en autores de semejante relevancia artística como María Elena u Horacio Guarany?
Yo prefiero acordarme de la María Elena que tenemos... prefiero recordar las coincidencias y la gran artista que representa, mucho más allá de las disidencias o de las diferencias en lo ideológico. No puede haber escrito lo que editó para los chicos y después ‘putear’ contra la ‘carpa blanca’*. Es raro, es raro, es una situación extraña. Guarany, en cambio, es más ‘guarro’, es un personaje que nunca ha alcanzado dicho prestigio.

Dame, por favor, un último y breve concepto sobre Mercedes Sosa, Víctor Heredia y León Gieco.
Son grandes artistas. Cada uno tiene mucho que decir por sí mismo. En realidad, con Gieco nos reunimos muchas más veces a comer que a tocar; con Víctor nos hemos ido de vacaciones juntos y hemos cantado poco... qué sé yo.

Con Gieco compartieron para llegar y con Heredia, Potosí y el texto de cielos lejanos
...
Sí, no mucho más que eso...

...Para llegar he de ser capaz / de convertir el sueño con la antorcha en realidad... / para ganar... ¿de qué sirve ganar / si no ganan conmigo los que vienen detrás? para llegar (Roque Narvaja)

Ciegos, mancos, muertos de sed, / rotos, infectos, lejos de Dios; es la tragedia una miseria, un evangelio, / un evangelio de promiscuidad. Potosí (Víctor Heredia)

¿Habrá, tal vez, demasiada congruencia entre ustedes como para grabar juntos?
A lo mejor pasa por ahí, a lo mejor pasa por ahí. Pero cada uno tiene a lo largo de este camino bastante común que hemos elegido y trazado —porque, de hecho, nuestros senderos convergen en un punto— algunas pequeñas diferencias sobre cómo entender esta ruta. Prefiero seguir siendo amigo de Gieco y encontrarnos a comer y continuar yéndome de vacaciones con ‘el Negro’ y no distanciarnos porque pensamos de distinta manera ante alguna cuestión artística. Con Mercedes no tengo mucha relación aunque la respeto profundamente. Son cosas que todavía no se han dado...

Juan, muchísimas gracias...

Agradecimientos: a Eduardo Hagopián, ex manager de Baglietto Producciones
y a Juan, por su excelente predisposición
© Miguel Ángel Dente

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